¿Qué es la crioterapia y cómo funciona?

La crioterapia es un tratamiento del dolor que utiliza un método de temperaturas heladas localizadas para amortiguar un nervio irritado. La crioterapia también se usa como un método para tratar áreas localizadas de algunos tipos de cáncer (llamada criocirugía), como el cáncer de próstata y para tratar células anormales de la piel por dermatólogos. En este artículo solo discutimos su uso en condiciones nerviosas.

En la crioterapia, se inserta una sonda en el tejido próximo al nervio afectado. La temperatura de la sonda desciende para congelar efectivamente el nervio. La congelación inactiva el nervio y, como resultado, se alivia la dolorosa irritación del nervio. La crioterapia es un medio relativamente seguro y eficaz para tratar la irritación nerviosa localizada.

¿Qué condiciones se pueden tratar con crioterapia?

La crioterapia se puede usar para tratar afecciones que involucran la irritación de un nervio aislado. En general, tales condiciones incluyen crecimientos nerviosos benignos (neuromas) y nervios pellizcados (atrapamientos nerviosos). Los ejemplos específicos incluyen irritación del nervio entre las costillas (neuralgia intercostal), atrapamiento del nervio cluneal, neuroma ilioinguinal, neuromas hipogástricos, atrapamiento del nervio cutáneo femoral lateral y neuromas interdigitales. Muchas formas de atrapamiento de nervios a menudo se pueden tratar con crioterapia.

¿Cuáles son los efectos secundarios de la crioterapia?

Si bien la crioterapia puede reducir la irritación nerviosa no deseada, a veces puede dejar el tejido afectado con sensaciones inusuales, como entumecimiento u hormigueo, o enrojecimiento e irritación de la piel. Estos efectos son generalmente temporales.

¿Dónde se realiza la crioterapia?

Los procedimientos de crioterapia generalmente se realizan en el consultorio del médico.

Si bien la crioterapia puede reducir la irritación nerviosa no deseada, a veces puede dejar el tejido afectado con efectos secundarios, como

• entumecimiento u hormigueo,
• enrojecimiento e irritación de la piel,
• dolor (durante el procedimiento y 24 horas después),
• ampollas,
• infección (con pus o supuración),
• quemaduras,
• congelación,
• paniculitis fría, y
• cambio en los signos vitales (aumento de la presión arterial, reducción de la frecuencia cardíaca y respiratoria).

Estos efectos son generalmente temporales.